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Un encuentro con Ramiro Pinilla











Ramiro Pinilla es un escritor del que has leído varios libros.  Hace muchos años leíste “Las ciegas hormigas”, que fue premio Nadal en el año 60, después leerías algo que publicó en la editorial popular que el mismo creó “Libropueblo” y ahora te encuentras leyendo la trilogía de “ Verdes valles, colinas rojas”, habiendo terminado la primera de las entregas “La tierra convulsa”, que te regaló ama en tu último cumpleaños.



Coincide que vivís ambos en Getxo (él lo deja muy patente en sus escritos) y además en el mismo barrio de Andra-Mari. Desde hace años, de vez en cuando , lo sueles ver pasear, a paso ligero a pesar de su avanzada edad y por delante de la puerta de tu casa.



Más de una vez has pensado en pararle, pedirle que te dedique algún libro y sobre todo conocerle en persona. Pero, o bien no te has atrevido a hacerlo o bien no has encontrado la oportunidad adecuada.



Pues bien , el día ha llegado. Hoy día de San Juan y domingo, ibas, después de pasear a Mora ( la perra de Eneko, tu hijo, y mascota de la familia), y , ahora en el coche, a por el pan y el periódico a la gasolinera de Goiri. Al ir le has visto  a la altura de la Ikastola Geroa en dirección a La Galea y al volver estaba ya a la altura del Instituto Aixerrota. Has metido el coche en el garaje , te has acercado a la puerta de casa y él se encontraba llegando. Y te has lanzado…..



-         ¿D. Ramiro Pinilla? (¡cómo si no sabrías quién es¡). ¿Me puede hacer un favor?



-         Si por supuesto, dígame.



Te presentas. Os dais la mano. Seguidamente le pides a ver si te puede dedicar unos libros. Le invitas a pasar al jardín. Le ofreces algo para beber. Vas a por los libros y un bolígrafo. Mora le ladra. Vuelves con la estilográfica (has cogido la primera que has visto, que es de una publicidad de una empresa inmobiliaria competidora), un ejemplar del año 60 de “Las ciegas hormigas” y el primer volumen de “ Verdes valles, colinas rojas”. Encierras a Mora ( que es pequeña pero de mala leche, una Stanford inglés , considerada oficialmente como raza peligrosa) que se ha puesto pesada y al bueno de Ramiro, lógicamente,  parece que no le hace gracia.



Te dedica los libros. Lo que pone no lo lees cuando estas con él sino que lo dejas para después. Conversáis un rato. Habla de la crisis, le dices que eres economista. Te pregunta entonces si los economistas tenéis explicaciones. Le reconoces que , desde luego, si alguien no las tiene somos los que nos dedicamos a la Economía (aunque hay premios Nobel que creen saberlo todo). Te pregunta si has publicado algo. Le dices que alguna tesis y poco más, que lo tuyo es leer: ya ve en sus libros que los subrayas y que guardas artículos en ellos y te dice que pareces meticuloso.



Es un hombre afable y simpático, a pesar, de que a distancia pueda parecer tosco y altivo. Puede que sea el sino de los vascos.



Hablamos de su trilogía. Le dices que has oído que le costó muchos  años realizarla. Te dice que claro, ahora está jubilado y tiene más tiempo pero antes tenía que compatibilizarlo con el trabajo.



El vecino de al lado, que es un poco cotilla, os ve en el jardín y anda al quite para ver lo que pilla. Mora sigue encerrada en la cocina.



La conversación ha durado un rato. El encuentro ha sido muy agradable. Os despedís dándoos nuevamente la mano y el prosigue su paseo hasta el faro de La Galea.



Estas ansioso por leer las dedicatorias. En el de las “hormigas” dice “ A Mikel Etxebarria, con un fuerte abrazo, Ramiro Pinilla.” Y en el primer tomo de la trilogía “Para Mikel Etxebarria, este librote lleno de mentiras, cordialmente, Ramiro Pinilla”. Te había comentado, después de escribir las dedicatorias que el nombre y apellido te los escribía en euskera. Le habías dicho que “ por supuesto” que bastante costó que nos dejaran hacerlo, como para no hacerlo. Y había sonreído. También había hecho una referencia a que la trilogía esta llena de mentiras. Bueno, le habías dicho, como todas las novelas históricas. Y él también había reafirmado que de todas maneras también podía haber ocurrido como lo relata.

El objetivo que te habías marcado hace años lo has conseguido. Son estas pequeñas satisfacciones las que hacen que la vida sea más agradable.

Mikel Etxebarria Dobaran

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