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Los CDs ( Compromisos Duraderos)

 


Vivimos en un mundo rápido, acelerado, dónde las prisas no dejan espacio a la meditación y al pensamiento sosegado. Abundan las relaciones superfluas, vacuas, líquidas. Y para todo tipo de contextos, sean personales o profesionales. Puede que todo esto sea el precio que pagar por la globalización, los avances tecnológicos, la falta del cultivo del alma o el tener todo a un clic. La visión cortoplacista, la búsqueda del éxito rápido, el fin justifica los medios, no son vistos con malos ojos. Es la época – nos lo recuerda el filósofo Roman Krznaric- de la paradoja del tiempo, de la tiranía del ahora: aunque vivimos más tiempo pensamos más a corto plazo.

Los populistas, los vendedores de humo, los embaucadores, viven hoy en su salsa. Y los hay en todas las esferas de la vida. En la política, en la empresa, en el deporte, en los medios de comunicación. En estas circunstancias comprometerse de verdad con algo o con alguien no se lleva mucho. Y si se hace, es por interés, por puro egoísmo, con la boca pequeña y en susurros. No sea que alguien lo oiga. Si además el compromiso tiene la intención de ser a largo plazo, puede resultar excéntrico. Y si se consigue que dure, milagroso.

En el mundo mercantil se quieren resultados rápidos, rentabilidades inmediatas. El cortoplacismo es cada vez más preponderante. Ahora bien, las empresas deben ganar dinero, pero también perdurar en el tiempo, contribuir al desarrollo de sus trabajadores, cumplir con sus clientes y proveedores, devolver los créditos a los bancos, pagar los impuestos que correspondan, tener en cuenta a la sociedad en que se asientan y contribuir a que el planeta sea sostenible. Por desgracia, estamos dejando de crear empresas para perseguir negocios, estamos dejando de ser empresarios y emprendedores vocacionales -con nombres y apellidos- para depender de accionistas variopintos, cambiantes y lejanos. En este contexto, los compromisos, si no queda más remedio que hacerlos, no son de los que tienen arraigo.

A veces, simplemente participamos, pero no nos comprometemos. Tenemos amistades, formamos parte de empresas, organizaciones o partidos políticos. Pero si sólo estamos o figuramos, no es suficiente, hay que implicarse, poner toda la carne en el asador. Se dice que en los huevos con jamón, la gallina participa y el cerdo se compromete; por tanto, en compromisos, mejor ser cerdos que gallinas.

Aspectos como la fidelidad o la lealtad, sea a una persona, a unas ideas, a una organización (o viceversa, de una organización a una persona) suenan demodés, arcaicas, trasnochadas. Lo moderno es otra cosa. Al menor problema o atisbando cualquier posible mejora propia, si te he visto no me acuerdo. Hay quien confunde eso con “profesionalidad”, cuando esta debe contar, para considerarse como tal, con la ética.

 Estos pensamientos me han surgido al hilo de que hace más de cuatro décadas conocí a una persona muy especial, a mi mujer, con la que he hecho realidad un proyecto de vida en común. Aparte de compartir buenas épocas y fantásticos momentos, de considerar nuestro mejor logro crear una familia -con hijos y nietos-, hemos conseguido tener nuestro desarrollo profesional y humano, en el que volcamos vocación, tiempo y pasión. Además, hemos tenido la entereza para aguantar los temporales, para arriar a veces las velas y atracar en los puertos. De esperar a que pase la tormenta y a que salga el sol en el horizonte para partir de nuevo. Si las travesías, aunque sean cortas suelen ser complicadas, no digamos las largas. Para contribuir a su buen fin, ayuda el maridaje adecuado- en cada fase vital con diferente implicación- de amor, comprensión, empatía, cariño y amistad. Que conste que no quiero ponernos como ejemplo de nada. Si las relaciones son tóxicas, nos impiden luchar para ser felices o no tener un espacio personal, lo mejor es romper cuanto antes. Y esto vale para todo tipo de vivencias, personales o profesionales. Pero si no es así, debemos darnos oportunidades, buscar consensos y puntos de encuentro. Y sobre todo, visiones de compromisos perdurables.

Keynes decía que a largo plazo todos muertos y nosotros, menos tétricos, decimos que estaremos canosos o calvos o puede que ambas cosas, pero lo que estamos seguros es que el paso del tiempo nos debe hacer madurar, ser más comprensivos, ayudar a saber qué es lo que hace que la vida valga la pena y contar con las compañías que en amor y amistad nos ayuden a transitar por ella. No podemos con visión cortoplacista esperar relaciones a largo plazo. Los compromisos son acuerdos mutuos, que sólo si lo hacemos duraderos, nos harán más fuertes. Los tradicionales CD´s ( Compacts Disks), que tocaron el cielo, cayeron en desuso. Que no ocurra lo mismo con nuestros CD´s (Compromisos Duraderos).

 

Mikel Etxebarria Dobaran

Publicado en diarios del grupo Vocento (El Correo, Diario Vasco,...) el 14 de noviembre de 2022

 https://www.elcorreo.com/opinion/tribunas/compromisos-duraderos-20221114221101-nt.html

https://www.diariovasco.com/opinion/compromisos-duraderos-20221114000950-ntvo.html





Comentarios

  1. Una publicación extraordinaria, con un mensaje que no deberíamos olvidar. Gracias Mikel.

    Mónica.

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  2. Como siempre muy agradecido, Mónica. Te atreves a opinar y además lo haces animando. así da a gusto. Un abrazo fuerte.

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