A raíz de participar hace unos días, junto a la periodista Cristina Manzano y al doctor Armando Menéndez, en unos diálogos organizados por el Capítulo Español del Club de Roma y transmitidos por vía telemática, sobre paradojas antrópicas en la economía del crecimiento dentro de un mundo desordenado, realizo las siguientes reflexiones.
Antes de nada ¿Qué entendemos por “paradojas antrópicas”? Es un término acuñado por Emilio Muñoz, expresidente del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y Jesús Rey, investigador del CTS (el departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del CSIC), que sirve para poder definir las complejas situaciones originadas por la acción humana, que crean contradicciones e incertidumbres –y que de modo creciente se dan en sociedades desnortadas y desordenadas– con múltiples efectos sobre el planeta y las sociedades.
Este concepto sirve de
armazón para la construcción de una línea de investigación sobre los retos
socioeconómicos, ambientales, morales y éticos en las relaciones entre los
avances de la ciencia y la tecnología, su aplicación a la actividad humana y el
desarrollo evolutivo del planeta como lugar de convivencia entre
naturalezas, culturas y éticas.
Señalo algunas de las
paradojas que al tratar el tema de la economía del crecimiento, fueron
planteadas en los diálogos mencionados:
1. Friedrich Hayek nos mostraba la
paradoja de que no siendo ningún fin último económico, se suele poner a la
economía por delante de la política, invirtiendo el orden lógico.
2. China hace la competencia a Occidente
siguiendo un mismo patrón utilitarista, el capitalismo (en este caso de Estado).
3. El premio nobel de Economía Paul Samuelson,
consideraba a la economía como la más antigua de las artes y la más moderna de
las ciencias sociales; por una parte, la consideración de la disciplina como
ciencia ya suena paradójico y hasta pretencioso y por otra parte, ser a la vez arte
(el que hace las preguntas) y ciencia (el
que intenta responderlas) puede parecer contradictorio.
4. Aunque nos recuerdan los historiadores
que la existencia del ser humano ha sido posible porque ha primado la
cooperación sobre la competición, es esto último lo que más se fomenta en todos
los ámbitos: deportivos, políticos, empresariales, sociales…,
5. Aunque la economía productiva es la real, que
produce bienes y servicios tangibles, la que prevalece actualmente es la
especulativa-financiera.
6. La paradoja de la globalización:
disminuye la pobreza a nivel mundial, pero las diferencias internas en los
países aumentan.
7. La mano invisible del mercado, en
expresión de Adam Smith, posibilita paradójicamente que los intereses
individuales conduzcan a resultados sociales.
8. El poeta Antonio Machado nos
abrió los ojos para que nos percatáramos de que valor y precio no son lo mismo.
9. El crecimiento infinito en un planeta
finito no tiene sentido; el crecimiento como fin no tiene fin.
1 El propio creador del PIB (Producto
Interior Bruto), el premio nobel de economía Simon Kutnets, no estaba
conforme con su utilización como medida del bienestar y en cambio, es el
medidor más apreciado por casi todos los gobiernos del mundo.
En definitiva, el mundo es paradójico y desordenado. Puede que siempre lo haya sido. Ya al nacer somos conscientes de que moriremos, salvo que seamos un megarico que compre, cuando se pueda, la inmortalidad genética. Cuanto más se tiene más se quiere, en un mundo sin norte. Debemos vivir y convivir con la incertidumbre y con el riesgo. Por eso debemos tener una sociedad civil (y no por contraposición a la militar, sino como faro ante el mercado y el Estado) formada, activa, cohesionada y comprometida.
Aparte de que podamos sortear o surfear, convivir y admitir, el
desorden, mejor buscar el orden, en él está la virtud. Además, las paradojas no
siempre son negativas; un ejemplo, que mi propia formación (lo contaba en los diálogos)
fuese de inicio en economía general, seguramente me ha servido para entender
mejor la economía de la empresa; otro ejemplo, que la economía pueda considerarse
a la vez arte y ciencia es tremendamente positivo.
Quiero
terminar con la mención de dos paradojas, que suponen que no concedemos a las
personas la importancia que deben tener. En todas las empresas se dice que lo
más importante son las personas y en la mayoría de ellas, al responsable de su
gestión, se le coloca en un puesto irrelevante en el organigrama. Pero la
paradoja antrópica más terrible es la que realizamos, en general, con nuestros
descendientes, hijos y nietos; decimos (y nos lo creemos) que son lo más
importante y somos capaces de dejarles en herencia, un planeta inhabitable, una
educación en valores inexistente y un estado de bienestar sin recursos para
mantenerlo. Recuperemos el humanismo.
Mikel
Etxebarria Dobaran
Coordinador del Grupo Vasco del Club de Roma
Publicado el 29 de enero de 2023 en El Correo y diarios del Grupo Vocento
https://www.elcorreo.com/opinion/tribunas/paradojas-antropicas-20230129204551-nt.html
https://www.diariovasco.com/opinion/paradojas-antropicas-20230129000152-ntvo.html
Se adjunta el link con la grabación,
recogida en el Club de Roma y en You Tube.
https://clubderoma.es/actividad/20230119-1830-actividad-cecor/
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