En estos tiempos en los que abundan los hechos alternativos, la postverdad y la perversión del lenguaje, hay nostálgicos del antiguo régimen a los que les encanta reescribir la historia con renglones torcidos para que coincida con sus anhelos profundos. No obstante, tenemos la suerte de que tanto la genial película de Amenábar como la renovada biografía del matrimonio Rabaté, siguen defendiendo que el famoso enfrentamiento dialéctico del día de la Raza (de infausto nombre para el bilbaíno) de 1936 en la Universidad de Salamanca , entre el intelectual y el militar, entre la razón y la barbarie, entre Unamuno y Millán-Astray, no fue “un acto bastante banal”, sino, en cambio, un episodio muy serio. Decía Orwell que en una época de engaño universal , decir la verdad es un acto revolucionario.
La pena es que en la película, como en
cambio si ocurre en la biografía, no se especifican – entiendo que en un film
todo no es posible- las consecuencias que aquel hecho, muy trascendental para
él, tuvieron para Unamuno. Es cesado
(una vez más) como rector de la Universidad de Salamanca, se le borra de la
nómina de profesores, se suprime la cátedra a la que se le había dado su
nombre, se le expulsa de concejal y es anulado su nombramiento como alcalde honorario
de Salamanca. Es considerado rojo y traidor, se le confina en su casa con
vigilancia policial, quedan mermados sus ingresos económicos al dejar de
recibir las rentas por su casa de Bilbao y no obtener ingresos por sus
escritos, se amenaza a su familia y fallece poco después, no vamos a decir
ayudado - no hay pruebas sino rumores-, pero sí acuciado por la melancolía
, el desasosiego y el desprecio de los “hunos” y de los “hotros”.
Unamuno tuvo una personalidad compleja,
inquieta, rebelde, crítica (con todos y consigo mismo), apasionada, valiente,
contestataria, versátil , contradictoria, cambiante (él dice que cambian los
demás), con sentimiento trágico de la vida. No se casaba con nadie , excepto
con su Concha, hasta que la muerte les separó. Decía que era un “hombre entero”
a diferencia de un “hombre partido” ó de filiación política definida. Y que era
“orejano” , que es la res que va sin marca ni señal. Desconcertado
políticamente entre la izquierda y la derecha intentó ser liberal. De chaval
manda una carta anónima amenazando al rey Alfonso XII por la abolición foral;
es desterrado por atacar al rey Alfonso XIII y a Primo de Rivera; proclama la
República en Salamanca; apoya inicialmente el golpe ( siendo muy dudosa la
donación que se le atribuye) porque cree que van a restaurar – como así lo
decían- la verdadera República; y cuando ve que son la otra cara de la
barbarie, queda desolado.
Nos ha legado perlas enormes. Me voy a
ahorrar las más conocidas y voy a citar un decálogo de algunas menos conocidas.
1. El castellano no ha sido lengua indígena en mi tierra y aun los que lo hemos
hablado desde la cuna hémoslo hablado siempre como lengua pegadiza. 2. Apena
leer trabajos de historia en que se llama glorias a nuestras mayores
vergüenzas. 3. El primun vivire ahoga el deinde philosophari. 4. Hay que educar
a los jóvenes para una vida nueva y no pueden hacerlo los formados en la vida
vieja. 5. Yo he buscado siempre agitar , y a lo sumo, sugerir más que instruir.
6. Hay que civilizar el cristianismo y por civilizar entiendo hacerlo civil. 7.
Mis monólogos son diálogos. 8. Dicen de Unamuno que es un señor un poco raro
que se dedica a decir verdades que no hacen al caso. 9. Cuando es de estudio,
la humildad deja de serlo. 10. Cuando todo pase, como siempre, me enfrentaré a
los vencedores.
Pudo haber sido premio Nobel de
Literatura. Pudo haber sido ministro de instrucción pública o incluso
presidente de gobierno. ¡Qué más da¡. Pocos premios Nobel, ministros o
presidentes van a ser recordados tanto
como él por generaciones posteriores. Era un agitador de espíritus , pero como
los buenos profetas, a pesar de ser nuestro bilbaino (sin tilde) más universal,
ha sido incomprendido también en su pueblo; aunque, ahora al menos, nuestros descerebrados
autóctonos no tiran su busto a la ría. Y quién le iba a decir a quién tenía
ansia de eternidad y muchas dudas sobre la vida eterna, que la iba a conseguir,
pero en este mundo.
Por otra parte, un descubrimiento y una
petición. Por hallazgo me refiero a su también vena ecologista. Una frase suya-
que además nos ha servido para dar colofón a la presentación en Bilbao de Come
on ¡, el último Informe al Club de Roma - colocada en una placa en un jardín
del Parque Dª Casilda junto al Museo de Bellas Artes nos dice: “Hubo árboles
antes de que hubiera libros, y acaso cuando acaben los libros continúen los
árboles. Y tal vez llegue la humanidad a un grado tal de cultura que no
necesite ya de libros, pero siempre necesitará de árboles. Y entonces, abonará los
árboles con libros.”. La petición, para Zugaza, Foster y Uriarte , es que esta placa – que pasa
desapercibida para los poco curiosos- colocada por los Ingenieros de
Montes y dedicada a la villa de Bilbao, sea al menos respetada –si es realzada
, mejor- ante la futura ampliación del
Museo.
Hoy en día estamos rodeados de líderes
vendehumos y populistas que tratan de conmover a la muchedumbre y de influir
sobre la masa de personas, tras hacerlas perder su personalidad al amasarse .
Unamuno, en cambio, se dirige al corazón
del hombre individual – para conmoverlo- y cuando habla en público siempre lo
hace a cada uno de sus oyentes en particular y no a todos en su conjunto. No
importa no coincidir con él en sus ideas y planteamientos, ya que hasta él
mismo, cambia y se contradice. Sin embargo, su aportación y actitud nos deben
servir de referente moral para mantener la mente despierta, para cuestionarlo
todo, para tener un espíritu crítico y no ser domesticable y en el fondo, para
poder dar un cierto sentido a la propia existencia.
Mikel Etxebarria Dobaran
Publicado en EC El Correo y en El Diario Vasco el 9 de octubre de 2019
Publicado en EC El Correo y en El Diario Vasco el 9 de octubre de 2019
Publicado en Kazetariak el 13 de enero de 2025
Comentarios
Publicar un comentario