¿Cómo es posible que el mágico lugar en el que está impregnado el espíritu de los dos bilbainos más ilustres amén de genios universales, como Arriaga y Unamuno, no sea una casa-museo? Lo que necesita Unamuno en su botxito del alma es al menos una "habitación propia" como sugería Virginia Woolf, siguiendo el consejo de Montaigne. A final de año se cumplen casi noventa años, ochenta y nueve exactamente, de la desaparición de nuestro bilbaino más universal. Habiendo sido uno de los intelectuales más influyentes a nivel mundial de la primera parte del siglo XX, su figura sufrió un inmenso ostracismo desde ese momento. A diferencia de otros intelectuales que son y han sido, tiene a gala, ser librepensador, orejano, es decir, res sin marca. Es crítico con todo el mundo. No se casa con nadie, a excepción de con su esposa, y correctora (como la mía) de sus escritos, la gernikarra Concha Lizarraga . Además, se autodefine como hombre entero, no de partido. Esto conlle...
Mi cuñado, pero, sobre todo, amigo, Ales Artaza Jauregi ha decidido dejarlo , como diría Antonio Alcántara; es decir, ha fallecido. Natural de Plentzia aunque nacido en Venezuela, ingeniero, cocinero, amante de la música y del canto, dialogante y diplomático, del Athletic y apasionado por Euskalherria. Su aita, Alejo Artaza , en agosto de 1937, en plena guerra incivil (como diría Unamuno) sería nombrado por el EBB (Euskadi Buru Batzar) del PNV (Partido Nacionalista Vasco) Comandante en Jefe de la plaza de Santoña; convirtiéndose, por tanto, durante unas fechas cruciales y complejas en la máxima autoridad del Ejército Vasco. Tras muchas penurias y vicisitudes y salvar el pellejo milagrosamente se exiliaría en Venezuela donde en 1956 nacería su hijo Ales, que seria el mayor de los hermanos. Aunque el Club de Roma (su creación y sus dos primeros Informes) los conocí de estudiante en los años 70 en Sarriko de la mano de mi profesora de Economía Política, Milagros García Crespo, grac...