Son las nueve de la mañana. Una secretaria ha llamado por teléfono de parte de la Dirección. No, no es para felicitarla por haber estado trabajando todo el fin de semana, sin apenas dormir, sin apenas comer, sin descansar. Además lleva ya casi dos semanas sin tener un día de descanso. Le llaman porque no se ha presentado a las ocho de la mañana a su puesto de trabajo (sic) cuando no ha salido de él en quince días seguidos y se ha acostado, tras la vuelta de la enésima guardia, hace un rato .Tiene que ir al servicio de salud laboral porque no puede ni abrir los ojos, no puede ni andar; está agotada y rendida. No ha descansado en muchos días, ni ha comido en condiciones. Le conceden, los servicios médicos, el día de descanso. No, no estamos en la India ni en Pakistán. No, no estamos en unos de esos centros insalubres y miserables de producción textil donde se trabaja a destajo y donde no han oído ni tan siquiera hablar de condiciones laborales dignas, de derechos mínimo...
Siendo economista desde hace más de cuarenta años, he sido más contador que cuentista. La pasión por la lectura me ha llevado a intentar reflejar en la escritura, a través de artículos publicados en prensa y reflejados en este blog, la defensa del Humanismo como herramienta para afrontar con decencia un mundo cada vez más complejo. Autor de “Meditaciones Compartidas. De Bilbao al mundo”. Zorionekoak etxe honetara datozenak. Afortunados quienes vengan a esta casa. Mikel Etxebarria Dobaran.