Uno, como tantos miles, es del Athletic desde que nació. No tiene más mérito siendo además de Bilbao y gustándole el futbol, aunque parezca que a veces el deporte y el equipo, el futbol y el Athletic, sean contradictorios, sobre todo después de las dos últimas finales y de los finales de las últimas temporadas. No tanto por perder, sino por autolimitarse, por no poner toda la carne en el asador, por no competir. No obstante, puede que a lo largo de nuestra vida cambiemos de trabajo, de coche, de mascota, de casa, de voto, de pareja, pero nunca dejaremos de ser del Athletic. Y es que es una emoción, un sentimiento muy profundo, que además nos viene de lejos - lo vamos transmitiendo por generaciones- y nos hace sentir, aunque tengamos muchos decenios a cuestas, eternamente niños. Esto, me dirán, que no es original, que también ocurre con todas las aficiones del mundo. Pero estarán conmigo, en que aquí lo insólito es que los que han jugado, juegan o jugaran, han sido, lo son o ser...
Siendo economista desde hace más de cuarenta años, he sido más contador que cuentista. La pasión por la lectura me ha llevado a intentar reflejar en la escritura, a través de artículos publicados en prensa y reflejados en este blog, la defensa del Humanismo como herramienta para afrontar con decencia un mundo cada vez más complejo. Autor de “Meditaciones Compartidas. De Bilbao al mundo”. Zorionekoak etxe honetara datozenak. Afortunados quienes vengan a esta casa. Mikel Etxebarria Dobaran.