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Mostrando entradas de 2013

Fagor, hacer leña del árbol caído

He vuelto a ver “Vacas” , el primer largometraje del considerado director de culto Julio Medem, en el que refleja entre otras cuestiones el mundo de los aizkolaris. Y quizás por asociación de ideas, al ver tanta leña cortada, lo he ligado con el tratamiento que se está dando en general en los medios de comunicación a Fagor en concreto y al mundo cooperativo por extensión, en unas circunstancias realmente complejas. Y es que hay mucho articulista o tertuliano “experto” y “clarividente”. Eso sí , a posteriori. Resulta que ya sabían lo que iba a pasar. Y puede que hasta lo hayan dicho, posiblemente en la intimidad . Que si no cuadraba que el mundo cooperativo estuviese al margen de la depresión. Que si lo de la solidaridad interna era más marketing que otra cosa y que además a la mínima iba a desaparecer. Que si estaba claro que dejar las decisiones del colectivo en un grupo reducido de dirigentes iba a dar resultados nefastos. Que al ser los procesos de decisión lentos están ab

Eneko Aritza, un Rey diferente

Hace unos mil doscientos años, en el siglo VIII y por estos lares, tuvimos un monarca con personalidad   propia. Vamos a intentar reflejar su existencia verídica, objetiva y documentada , no es ninguna leyenda. Nos referimos a Eneko Aritza (Iñigo Arista), apodado “el Vascón”. La exactitud en los datos, aunque tomados fundamentalmente de Auñamendi y de Estornés Lasa y teniendo como fuente al historiador musulmán-cordobés   Ibn Haiyan y al Códice de Meyá ó de Roda, hay que tomarlos con cautela, ya que el conocimiento sobre la vida del considerado Primero de los Vascones está ubicado en cierta penumbra. Nació en el año 780   y murió en el 852. Siendo hijo de otro Eneko y originario de Bigorre. Antes de su nacimiento, en el año 778, y con la participación de su padre, tuvo lugar la primera batalla de Orreaga (Roncesvalles), una de las más importantes de la Edad Media, según señala Aitzol Altuna y fuente para la creación de mitos chauvinistas (no por nuestra parte) según indica St

La paradoja de Keynes

No están los tiempos como para alardear que uno es economista. Dicen además   que es la única disciplina dónde se puede obtener el Premio Nobel desde posiciones contrarias. No obstante, a raíz de la lectura veraniega de la monumental biografía sobre Keynes realizada por Robert Skidelsky, he rememorado al gran economista retrotrayéndome en el tiempo. En el último quinquenio de los años setenta los que pisábamos las aulas de la Facultad de Sarriko , tuvimos, además de las habituales y descorteses visitas de unos señores grises por fuera y por dentro, sus primeras referencias. Recuerdo al entonces decano y catedrático de Teoría Económica , el malogrado Fernando de la   Puente , alias “el pela”, ó “el peseta”, con su oratoria encendida (provocaba dolores de cabeza), defendiendo airadamente que “su facultad” no era de Ciencias Euskerikas (ante el intento de organizar clases de euskera), introducir en nuestras   mentes adolescentes, ya excitadas tanto por temas hormonales como políti

Montaigne, el vasco tranquilo

Tengo muchos defectos. Uno de ellos es que los únicos escaparates en los que me detengo son los de las librerías. Estando en Sant Cugat del Valles por motivos familiares, del escaparate de la librería que esta enfrente del Ayuntamiento percibí una mirada profunda e insistente de un libro. No tuve más remedio que entrar, cogerlo, examinarlo y comprarlo. Fue un flechazo inmediato. El libro era “Como vivir ó una vida con Montaigne” de Sarah Bakewell. No me arrepiento. Me abrió las puertas de un mundo fascinante. Me llevó además a leer otros libros sobre Montaigne, como por ejemplo el escueto y expresivo de Stefan Zweig ó el novelesco y conjetural de Jorge Edwards, pero sobre todo me guió a la fuente original (al menos así considerada actualmente) , a los “Ensayos de Montaigne según la edición de 1595 de Marie de Gournay”.   Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592), ilustre pensador humanista del Renacimiento y uno de los autores más citados y con más discípulos de la historia, es el

Unamuno, el incomprendido

Mi buen amigo Paco, barbero (como se decía antes) de Algorta, es salmantino. Me dice, mientras me corta el poco pelo que me queda, que en su tierra D. Miguel de Unamuno está considerado como su joya más preciada. Por eso cuando vino a Bizkaia, donde pensó que el escritor estaría en un pedestal,   quedó asombrado del trato tan despectivo que en general recibía el recuerdo , la persona, las ideas y …… hasta su cabeza de bronce , por parte de sus paisanos. Yo ya le he dicho que todo hay que matizar, que lo que opinen y hagan ciertos descerebrados que no son capaces de pasar de los clichés establecidos no es representativo de lo que personas (verbigracia el mejor alcalde del mundo, Azkuna) con más sosiego y raciocinio puedan pensar. No obstante, bien es cierto , que Unamuno, ante todo un gran intelectual, no ayuda mucho a una comprensión inteligible sobre sus ideas. Hay que vivir con razón, sin razón o contra ella, decía. Y es que tuvo muchas ideas , en todas las facetas posibles (

Reflexiones de un golpista sobrevenido

S UELEN decir que la Historia (con mayúscula) la escriben los vencedores. Los demás, bastante tienen, si pueden, con asumir las derrotas y curarse las heridas. Además, también dicen, que la Historia (seguimos con mayúscula) trata y narra los acontecimientos a partir de las vicisitudes de los grandes líderes, emperadores, monarcas, reyes, jefes de estado, generales o mariscales,   pero que poco se ha ocupado y preocupado (quizá por falta de pruebas y datos) de la vida y obras de las gentes del pueblo, de los marginados, de las clases humildes, de los mandados, de las tropas de los ejércitos, de la carne de cañón ... Por eso voy a intentar recordar unos hechos (han pasado más de 30 años) que quienes escriben la Historia, no sabemos si por convicción o por encargo, dudan entre negar su existencia (se atreven a hablar de gran ficción colectiva) u otorgarles ni más ni menos que   la vacunación de la democracia en el Estado Español. Ya decía Rousseau que historiador ideal sería el que na