Estoy un poco alucinado. Mis nietos acaban de firmar un contrato entre ellos. Uno tiene ocho años y el otro tiene tres. El texto del contrato - escrito a mano por el mayor- dice: “ Si me hago daño no me quejaré”; aunque el “hago”, quizás para dar verosimilitud al tema o porque está escrito en castellano, está sin “h”. Y lo han firmado los dos, de puño y letra. El motivo es que van a hacer unas luchas - combates le llaman- entre ellos o mejor dicho entre sus personajes de disfraces de Carnaval, Yokusoku y Spiderman. Ha sido idea suya. No sé en qué se han inspirado. No creo que hayan leído a Rousseau y su “contrato social” ni oído hablar a Marx (Groucho , no Carlos) de "la parte contratante de la primera parte", pero me ha resultado curioso que desde tan tierna infancia, sean capaces de dominar las tecnologías (son los que me explican el funcionamiento del móvil cuando lo cambio), realizar juegos físicos acordes -por desgracia- a los tiempos guerreros actuales y ser ca...
Siendo economista desde hace más de cuarenta años, he sido más contador que cuentista. La pasión por la lectura me ha llevado a intentar reflejar en la escritura, a través de artículos publicados en prensa y reflejados en este blog, la defensa del Humanismo como herramienta para afrontar con decencia un mundo cada vez más complejo. Autor de “Meditaciones Compartidas. De Bilbao al mundo”. Zorionekoak etxe honetara datozenak. Afortunados quienes vengan a esta casa. Mikel Etxebarria Dobaran.