Calafell, la playa, el mar y la eternidad Casa-museo de Carlos Barral L' Espineta, el bar-refugio de los Barral Mis nietos y su cuadrilla en la playa de Calafell Aunque ya lejana en el tiempo mantengo en el recuerdo, no sin cierta añoranza, a la infancia -a la de los hijos y a la propia- junto a sus veranos infinitos, quizás porque me encuentro en Calafell en un tórrido verano acompañando a la infancia de los nietos. Para el poeta Rilke la infancia era la patria verdadera. Y curiosa o casualmente, como diría Auster, el traductor al castellano de los “Sonetos de Orfeo” de Rilke fue Carlos Barral, el poeta enamorado de Calafell. Carlos Barral (1928-1989) se definía así mismo como poeta por vocación y editor por herencia. Aunque lo que más le gustaba era escribir, sobre todo poesía, por lo que será más reconocido será por su faceta de editor, que lo fue al heredar la editorial Seix-Barral, copropiedad de su padre y luego dirigir Barral Editores. Como escritor fue miembro de la “Genera
Siendo economista desde hace más de cuarenta años, he sido más contador que cuentista. La pasión por la lectura me ha llevado a intentar reflejar en la escritura, a través de artículos publicados en prensa y reflejados en este blog, la defensa del Humanismo como herramienta para afrontar con decencia un mundo cada vez más complejo. Autor de “Meditaciones Compartidas. De Bilbao al mundo”. Zorionekoak etxe honetara datozenak. Afortunados quienes vengan a esta casa. Mikel Etxebarria Dobaran.