Estamos en un mundo complejo, lleno de problemas -que no voy
a enumerar por ser suficientemente conocidos-, que además se agolpan y solapan.
Para afrontarlos se proponen a nivel de Unión Europea y se encuentran en
realización varias transiciones, referentes a los ámbitos demográfico-social,
digital-cibernético y energético-ambiental, con una apuesta multimillonaria en
euros. Pero falta el hombre -la persona diríamos hoy- como medida de todas las
cosas, como apuntaba Protágoras; es decir, la perspectiva del ser
humano, incluso en el primer ámbito mencionado, ya que somos algo más que
números, tenemos materia (carne) y también espíritu (alma).
Hemos dejado de dar
importancia a las personas físicas -los hombres y las mujeres- para pasar a
darla primero, a las personas jurídicas -las sociedades mercantiles- luego, a
las personas electrónicas -los robots- y en breve, a las personas virtuales
-nuestros avatares en el metaverso-, cuando las auténticas personas somos las
humanas.
Antes del surgimiento del denominado Humanismo el origen de
todo sentido y autoridad era externo: había que ser obedientes ante los dioses.
En el Renacentismo comenzamos a pensar por nosotros mismos, a ser un poco más libres.
Ahora, con la tecnología al servicio del negocio, nos quieren convertir -eso
sí, con mucho entusiasmo- en esclavos y sumisos ante las máquinas, los robots o
la inteligencia artificial. ¿Cómo puede evitarse?, invirtiendo en nuestro capital
humano para disponer de preparación intelectual y pensamiento crítico ante un
mundo complejo; con flexibilidad y agilidad mental ante la velocidad
vertiginosa y exponencial del cambio permanente; cultivando la creatividad y la
imaginación; evitando -no es fácil lograrlo- la manipulación por algoritmos,
cookies, charlatanes, gurús, influencers, salvapatrias, populistas…,
Por otra parte, nos lo recuerda Nuccio Ordine en el
título de su último libro, las personas no somos islas ni nos bastamos a
nosotros mismos. La existencia del ser humano ha sido posible porque ha
funcionado más la cooperación que la competición. Sin embargo -es un simple
ejemplo- el mundo del dinero sigue organizando campeonatos mundiales de futbol propiciando
forzados y falsos sentimientos nacionales. Aunque algunos no se quieran
enterar, estamos todos los terrícolas en el mismo barco, una embarcación muy perjudicada
y que navega en un mar encrespado y contaminado. Sócrates ya decía -porque
no escribía-, que todos formamos parte de la misma patria. Y sin embargo sigue
habiendo quien decide lo que es su territorio para conquistarlo o masacrarlo.
¿Qué es Humanismo en el siglo XXI? Es cohesionar la
sociedad, propiciando la igualdad de oportunidades, sin discriminación por
género, raza, edad, medios económicos…; es profundizar en valores (de esfuerzo,
de preparación, de respeto…), es fortalecer a las personas tratándoles como seres
humanos (no como meros usuarios, clientes o abonados...), es defender la
economía fundamental (salud, educación, cuidados…).
Pero el Humanismo no solo es teórico. No soy muy amigo del
exceso de leyes, pero igual algunas harían falta en defensa de las personas de
carne y hueso. Algunas ideas. Que las empresas tengan trabajadores -un especial
grupo de interés- en sus órganos de gestión; en otros países de Europa se hace y
se ha logrado incrementar la eficiencia y arraigo de sus empresas. Que para
acceder a cargos políticos se pase un examen de idoneidad tanto técnico como
psicológico. Que el cobro de comisiones por los bancos sea por trabajo real o
si la gestión inversora ha tenido buen fin y proporcional a ello. Que en lugar
de subir los impuestos a las empresas por sus beneficios extraordinarios se abone
el importe directamente a los usuarios. Que las multinacionales no se escapen
de pagar impuestos. Que cuando caduquen los cargos públicos dejen de cobrar, lo
que agilizaría el cambio. Que no haya reyes ni súbditos. Que en lugar de que
las empresas se estresen y asfixien a sus grupos de interés (trabajadores,
clientes, proveedores…,) para lograr beneficios y destinar una parte a actividades
solidarias, les traten como si fueran humanos. Que no propiciemos ni la tiranía
ni la esclavitud. Que no dependamos ni del mercado ni del estado.
Humanismo no es amar a la humanidad en abstracto o en
general, señalaba Camus, sino en concreto y en particular, ignorando a
los ególatras. Además, no es humanista una cultura que prime la caridad sobre la
justicia. Mejor enseñar a pescar que regalar peces. No ahoguemos a jóvenes,
jubilados, inmigrantes y personas con escasos recursos, inflándoles la luz, el
agua, las comisiones, los impuestos…, para suministrarles en una cola, con una
gran sonrisa y una cámara para que inmortalice el acto, calderilla solidaria. Humanismo
es dignidad y libertad.
Mikel Etxebarria Dobaran
Economista, escritor y humanista
Publicado en Deia y diarios del Grupo Noticias el 31 de diciembre de 2022
https://www.deia.eus/opinion/tribuna-abierta/2022/12/31/reto-humanista-6324842.html
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/opinion/2022/12/31/reto-humanista-6324890.html
Comentarios de Circulo Empresarial Negocios y Valores (Negobide) en Linkedin
Magnífico artículo de Mikel Etxebarria Dobaran para despedir el año, con el foco en las #Personas: https://lnkd.in/dxigfjpb
"El #Humanismo en el siglo XXI es cohesionar la sociedad, propiciando la #igualdad de #oportunidades, sin discriminación por género, raza, edad, medios económicos…; es profundizar en #valores (de #esfuerzo, de #preparación, de #respeto…), es fortalecer a las personas tratándoles como #seres #humanos (no como meros usuarios, clientes o abonados...), es defender la #economía #fundamental (#salud, #educación, #cuidados…).
...Pero el Humanismo no solo es teórico. No soy muy amigo del exceso de leyes, pero quizá algunas harían falta en defensa de las personas de carne y hueso.
Algunas ideas.
Que las #empresas tengan trabajadores —un especial grupo de interés— en sus órganos de gestión; en otros países de Europa se hace y se ha logrado incrementar la eficiencia y arraigo de sus empresas.
Que para acceder a cargos #políticos se pase un examen de idoneidad tanto técnico como psicológico.
Que el cobro de comisiones por los #bancos sea por trabajo real o si la gestión inversora ha tenido buen fin y proporcional a ello.
Que en lugar de subir los impuestos a las empresas por sus #beneficios extraordinarios se abone el importe directamente a los usuarios.
Que las multinacionales no se escapen de pagar #impuestos.
Que cuando caduquen los cargos públicos dejen de cobrar, lo que agilizaría el cambio.
Que no haya reyes ni súbditos. Que en lugar de que las empresas se estresen y asfixien a sus grupos de interés (#trabajadores, #clientes, #proveedores…) para lograr beneficios y destinar una parte a #actividades #solidarias, les traten como si fueran humanos.
Que no propiciemos ni la tiranía ni la esclavitud. Que no dependamos ni del #mercado ni del estado..."
¡Hasta la última coma!
Nuccio Ordine |
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