La siguiente
reflexión surge a raíz de mi participación, al cumplirse dos años de la
invasión de Ucrania, en un conversatorio sobre Derechos Humanos en la
Universidad de Deusto. El encuentro estuvo organizado por UkraniaSOS-Euskrania
y la Fundación Instituto Europa de los Pueblos, con la colaboración, entre
otros, de Unicef, el Hub ODls Euskadi, la organización Derechos de Infancia y
Educación Transformadora, el Club de Roma y la propia Universidad.
Vivimos
tiempos convulsos. Posiblemente siempre lo hayan sido a lo largo de la historia
de la Humanidad, pero ahora con el conocimiento, en vivo y en directo, de lo
que sucede en todo el mundo, parece todo más terriblemente cercano. Tenemos
guerras, propiciadas en algunos casos por invasiones, que nos sobresaltan.
Mediáticamente, a pesar de que por desgracia hay más de veinte en el mundo, estábamos
absortos con la que tiene lugar en Ucrania y desde hace unos meses nos
encontramos sobrecogidos con Gaza. No sé si se las considerará jurídicamente
como genocidios, pero la eliminación sistemática, organizada y deliberada de
seres humanos indefensos (niños y mujeres mayoritariamente, toda ella población
civil), no parece tener otra denominación.
Me pareció
terrible lo que los nazis hicieron a los judíos. Y a los gitanos y a los
homosexuales y a todos los que consideraron que no cumplían los requisitos de
la supuesta raza aria. También es condenable el ataque terrorista de Hamás.
Pero lo que está realizando no solo en Gaza, sino también en Cisjordania, el
supuestamente democrático Estado de Israel es primero incomprensible (cuando
son los herederos de un Holocausto), segundo ilegal (se llevan saltando las resoluciones de Naciones
Unidas desde hace décadas) y además inhumano (¿en nombre de qué Dios pueden
eliminar a todo un pueblo?).
Y más que
propiciar la creación del Estado Palestino, en este momento es necesario asegurar
que tenga personas vivas que habiten en su territorio. Por cierto, el
sacrosanto derecho de defensa lo tienen tanto los israelíes como los
palestinos. No me extiendo con Ucrania porque reitero lo expresado en el artículo
“Criando monstruos” publicado hace dos años, cuando el comienzo de la
invasión.
Las
organizaciones políticas mundiales no actúan con contundencia, al parecer,
porque no pueden. Es una vergüenza democrática el derecho de veto en la ONU. Es
inoperativa la exigencia de unanimidad en la UE. La democracia internacional es
un desiderátum. En el mejor de los casos, se entretienen los gobiernos en como
enviar ayuda humanitaria, mientras algunos siguen comprando gas ruso por vías
indirectas y otros proporcionando armas a Israel.
Aparte de
deshumanizar al adversario, se están cometiendo ecocidios, destruyendo y
contaminando los territorios, agravando la emergencia climática con absoluta
pasividad internacional. ¿ Es que nadie puede parar este desastre humano y
ecológico? ¿ Es que prevalecen más los intereses armamentísticos que los deseos
de vivir en paz?
Los partidos
políticos en el Estado se encuentran entretenidos en sus cuitas particulares.
Unos en mantenerse en el poder a cualquier precio. Y los otros en querer
acceder a él de cualquier manera. Sería deseable que no realicen sólo
declaraciones, sino que propicien acciones en estos asuntos de calado
internacional.
Aunque parezcan
temas exógenos, no lo son y apelan a nuestra humanidad. En breve tendremos
elecciones vascas, por lo que sería deseable que los partidos políticos se
posicionaran sobre estas cuestiones. ¿Qué opinión les merece que se invada Ucrania,
eliminen a sus habitantes y se destruyan sus infraestructuras? ¿Es comprensible
la destrucción de la cárcel que era Gaza y la ocupación de Cisjordania,
aniquilando a todo ser viviente hasta en los hospitales y las colas del hambre?
Ante los incumplimientos de los requerimientos de Naciones Unidas a ambos
Estados invasores, ¿qué proponen realizar?
Por último,
pensemos en nosotros, en nuestra responsabilidad personal. Mientras en la misma
Europa o en el otro lado del Mediterráneo intentan no morir y luego sobrevivir
aunque sea malheridos y muertos de hambre, estamos - yo el primero-
entretenidos en nuestro mundo, el trabajo, la familia, pasarlo bien, disfrutar
de la vida e intentando asistir a finales futboleras. Que no nos ocurra como en
aquel mensaje que se atribuía a Beltor Brecht y que terminaba con “ahora vienen por mí, pero es demasiado
tarde”, que no pensemos que estas cuestiones no nos afectan porque nos pillan lejos. Además ya las notamos, a efectos económicos,
en energía, tipos de interés e inflación.
Indicaba Séneca
en “Epístolas a Lucilio”, que si alguien mata a una persona es un
asesino, pero que si lo hace a miles se convierte en héroe nacional. Asistimos,
por desgracia, a la entronización de héroes. Hay que parar esto. Necesitamos
paz.
Mikel Etxebarria Dobaran
Publicado en El Correo y diarios del Grupo Vocento el 24 de marzo de 2024
https://www.elcorreo.com/opinion/tribunas/mikel-etxebarria-dobaran-necesitamos-paz-heroes-20240324000524-nt.html
https://drive.google.com/file/d/1fA802htyVeUvFeg_RkbbXEawJQS08QcF/view?ts=65e065a2
Txerra Ordeñana F.I. Europa de los Pueblos, Caroline Jerome Dchs Infancia e Isidro Elezgarai Unicef. |
Kateryna Kaminska UkraniaSOS-Euskrania, Ruper Ormaza HUB ODLs, Sergio Caballero Universidad Deusto y Joana Videgain. |
Kateryna Kamisnka, lider de UkraniaSOS-Euskrania |
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