Nos
encontramos desde hace tiempo, por influencia de las redes sociales, ante
aluviones de falsas noticias; lo que supone, para los que quieren moverse en el
mundo de la realidad, auténticos trabajos extras para separar el grano de la
paja. Y ya, por influencia en este caso de la llamada inteligencia artificial,
hasta las imágenes, fotografías, videos y reportajes crean dudas sobre su
verosimilitud.
Y en este
contexto, me ha surgido una duda en torno a la figura de D. Miguel de Unamuno.
Se dice que era de Bilbao, pero la verdad es que cuesta creerlo ya que es en
uno de los lugares donde, a pesar de ser considerado en el orbe como un
intelectual de talla mundial, menos reconocido se encuentra.
En un artículo publicado en agosto en este
medio “La infancia verdadera”, me referí al editor y escritor catalán Carlos
Barral. Recordé con cierta sana envidia la casa-museo que dispone en Calafell, en
la casa familiar (de ocio, no dé lugar de nacimiento) a donde invitaba a sus
amigos escritores Vargas Llosa, García Márquez, Marsé, .. Unamuno, por su parte, tiene una
casa-museo en Salamanca, donde fue rector en varias épocas y vivió muchos años
y hasta en Fuerteventura donde estuvo desterrado.
Soy
consciente que, por estos lares, donde en su día se lanzó su busto a la ría,
hay algunos que no le perdonan ciertas cuestiones. En general, coincide que son
un tanto remisos al pensamiento crítico y a la reflexión sosegada.
Se le echa
en cara sobre todo dos cosas. Una, su posicionamiento ante el euskera, ya que
al parecer esgrimió que no tenía mucho futuro. Eso mismo dijo Sabino Arana, intentando
con ello propiciar su apoyo, ya que al ser lengua minoritaria podría ser
engullida por otras circundantes. Además D. Miguel era, dominando muchos
idiomas, euskaldún y escribió, para el que no lo recuerde, aquello de que “el
castellano no ha sido lengua indígena en mi tierra y aun los que lo hemos
hablado desde la cuna la hemos hablado siempre como lengua pegadiza”.
El otro
asunto es su apoyo inicial al golpe de Estado del año 36. Siempre fue crítico
con el poder establecido, lo que le supuso enfrentarse al dictador Primo de
Rivera y ser desterrado. Fue un
entusiasta del advenimiento de la República y su mayor detractor cuando vio las
tropelías que se cometían en algunos casos. Por eso, y porque así se planteó,
apoyó una reconducción de la República en julio del año 1936; los golpistas
usaban inicialmente la bandera republicana. Poco le duro esta visión y seria
implacable denunciando a “los hunos” y a “los hotros”, y eso le costaría la
vida.
Curioseé por
internet el apoyo que tiene la figura de Unamuno. Da la impresión de que la
Asociación de Amigos que en su día se creó en Bilbao en 1986, a los 50 de su
desaparición, no existía y contacté con la de Salamanca, que si demostraba
tener una vida muy activa. Me dijeron que para su creación habían tenido el
apoyo de la de Bilbao, pero que habían perdido el contacto con ella.
En
septiembre leí un artículo en este mismo medio titulado “Unamunidad” firmado
por el escritor Pablo Zapata Lerga. Me picó la curiosidad y quise indagar un
poco más. No todo es negativo en los avances actuales y simplemente a un clic
de internet descubrí que Pablo tenía una página web, que había sido el
vicepresidente fundador de la Asociación de Amigos de Unamuno y que tenia una
cuenta de correo. Contacté con él, nos reunimos, me corroboró que la Asociación
no tenía vida hacía muchos años – sus presidentes Ortiz Alfau y Moreno
Lombardero fueron falleciendo- y decidimos revivirla. Y en ello estamos junto a
un grupo de entusiastas amigos.
Dando
respuesta a la provocativa pregunta inicial, Unamuno no solo nació en Bilbao,
sino que vivió en varios domicilios y para él era su bochito del alma, su “tasita”
de plata, el lugar de sus excursiones juliovernescas, … Sería un privilegio, no para Unamuno al que le
pilla lejos, sino para Bilbao, tener una casa-museo dedicada a él, que puede
ser una lonja-museo o un espacio (un txoko, un rincón) en uno de los múltiples
museos que tenemos en la villa. Y tener una ruta que recorra el Bilbao de
Unamuno, el Casco Viejo, Deusto, Artxanda, …. Que se recuerde que era tío
segundo del mítico jugador del Athletic Pichichi, que da nombre al trofeo al
máximo goleador de la Liga. Tener un monumento o varios (hay algunos, pero
medio escondidos) que inmortalicen su figura. La Bilbao turística, cosmopolita
y cultural, debe aprovechar que en su seno nació uno de los intelectuales más
importantes de los siglos XIX y XX.
Por último,
decir, que no existe ni existirá ningún escritor que refiriéndose a su ciudad
le pueda hacer un halago mayor, que debiera estar esculpido en mármol en todos
los accesos a la villa: el mundo entero es un Bilbao más grande.
Mikel Etxebarria Dobaran
Publicado en El Correo el día 30 de diciembre de 2024
https://www.elcorreo.com/opinion/tribunas/mikel-etxebarria-dobaran-era-unamuno-bilbao-20241230000159-nt.html
Nota: me comenta la poeta María Novo que a este tipo de acciones le denominaba, el humanista recientemente fallecido Federico Mayor Zaragoza, "deber de memoria". Ambos compañeros en el Club de Roma.
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